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Transcurría la primera década del siglo y mi profesión era la de diseñador de modas en el ámbito del calzado. Tarea que requiere más allá de la búsqueda de la Actualización estética permanente, la comprensión de los diferentes estilos de consumidores, las diversas demandas que están asociadas a temas coyunturales como : rango etario, condición socioeconómica, ubicación geográfica, y el hecho cultural que es en sí, lo que la moda representa, como el arte o cualquier otra manifestación sofisticada de las personas humanas, la moda es un hecho cultural.

Era muy joven y viajaba fascinado por el mundo, unas de las razones por la que había elegido esa profesión, era la de conocer el mundo. Estar en París, Londres, Roma, NY, buscando información para mis clientes era en gran parte lo que había soñando.

Habia elegido este trabajo inspirado en mi padre quien también había sido un gran fabricante y modelista, una vez, acompañándolo ( yo era muy chico ) al estudio de otro diseñador colega y amigo de mi papá, lo vien las fotos en esas deseadas capitales del mundo, en uno de sus viajes y ahí en ese momento, me di cuenta que yo quería trabajar de eso.

Viajaba buscando captar ese espíritu de diseño, visitando tiendas, sacando fotos para después transmitirlo a mis clientes. Diseñaba para fabricantes y marcas, generaba los productos y desarrollos tanto en moda de mujer como de hombre. Me asocié con un amigo, compañero de viajes. Armamos un estudio integral de diseño donde se le daba al cliente un excelente servicio.

Transcurría el 2007 año de la nieve en BA y una persona que había sido gerente de una importante marca de moda Argentina, buscaba una marca de zapatos de diseño, dada la demanda que había sobre ese tipo de productos. Se estaba armando Palermo con todos las ofertas de productos de autor. En Europa todas las marcas de indumentarias incorporaron zapatos en sus propuestas. Era un momento de ebullición. Cómo diseñador yo tenía clientes que fabricaban ese tipo de productos, yo había contribuido desde el diseño a generar esas tendencias, había colaborado como diseñador enponer en las vidriera de los Shopping ese nuevo estilo de propuestas para zapatos de hombre.

En ese momento después de varias reuniones, esta experimentada persona que buscaba moda en zapatos masculinos, me propone la fascinante idea de no sólo diseñar los zapatos, si no también fabricarlos.. Ser el hacedor, que lo piensa lo crea y lo fabrica . Era una propuesta muy ambiciosa, dado que la inversión en maquinarias para producir calzado es muy elevada. Lo pensamos con mi equipo de diseño y decidimos aceptar el desafío, ya que las cosas que generábamos eran muy atractivas y el vendedor tenía plena confianza que iba a poder vender nuestras creaciones .

Faltaba el nombre, había que crear una marca. Pensando en que el hecho de diseñar y ahora poder producir lo que uno había pensado era un don, que de ese pensamiento se produzca un bien que le da placer y comodidad a una persona también era un don. Y qué circunstancialmente en esos días había leído un cuento de J.L.Borges que se llama la noche de los dones de quien también había leído el hermoso poema que se titula el poema de los dones. Esa reflexión sirvió de inspiración para decidir el nombre de la marca. LOS DONES

Había crecido jugando con olor a cuero en la fábrica de mi papá, entre herramientas y hormas de madera cuando el proceso de fabricación era todavía todo artesanal. conocía sus herramientas y procesos de calidad. Toda esa experiencia es aplicada ahora en esta etapa que transitamos, en donde LOS DONES proponen una nueva generación de zapatos. Priorizando junto al diseño, la calidad de materiales y el cuidado en los detalles de fabricación.

LOS DONES representa : La forma de buscar sentirnos atractivos y cómodos, para dar los pasos firmes hacia nuestros objetivos. Ponemos LOS DONES en tus pies para que vayas en busca de los tuyos.